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Los Secretarios Generales durante una conferencia en Manila, Filipinas, en mayo de 1963.

 

En 1960, el entonces Secretario General de Sociedades Bíblicas Unidas, Dr. Olivier Béguin, fue rotundo en su evaluación de lo que se estaba logrando en el campo de la distribución bíblica. “Distribuimos 29 millones de copias, casi el 40 por ciento de ellas solamente en los EE. UU., más del 60 por ciento en el “occidente cristiano”.

“No hay escapatoria del hecho de que, a menos que transformemos radicalmente nuestras políticas y aumentemos la velocidad de nuestra acción pronto”, explicó Béguin, “una generación más joven… será completamente ignorante del Evangelio de la Salvación”.

 

Una visión renovada

 

El hecho de que no haya habido un aumento significativo en la distribución durante 15 años de SBU fue un impacto para muchos, particularmente dados los rápidos cambios en todo el mundo.  La población mundial, en ese momento, estaba aumentando en cerca de 50 millones cada año, e incontables personas en todo el mundo aprendían a leer y escribir.

El cambio era inevitable, y las Sociedades Bíblicas tenían que tomar un nuevo rumbo.

 

“La Palabra de Dios para una nueva era”

 

Al comprender que un nuevo panorama cambiante requería ideas frescas, se convocó a una conferencia de SBU en 1962 para atender estos asuntos.  Se puso en marcha un plan audaz.  Las Sociedades Bíblicas buscaban pasar de una distribución modesta de aproximadamente 25 millones de Biblias anuales a más de 150 millones por año.

El respaldo a este objetivo ambicioso fue una visión estratégica clara: una Biblia para cada hogar cristiano, al menos un Nuevo Testamento para cada cristiano y una porción para todos los que podían leer. También hubo un deseo de animar a los miembros de la iglesia en todo el mundo para participar y compartir responsabilidad con las campañas locales de distribución.

Fue realmente un esfuerzo común de distribución que involucraba a todas las Sociedades Bíblicas miembros. Al reflexionar sobre en los cambios en la cultura, la política y la sociedad, el plan simplemente se tituló, “La Palabra de Dios para una nueva era”.

 

Llevar esperanza a todas las esquinas del mundo

 

En 10 años, la distribución anual pasó de 29 millones a 171 millones en 1971. El modelo de colaboración que ayudó a lograrlo comenzó a arraigarse en la cultura tanto de SBU como de las Sociedades Bíblicas.

Ese éxito compartido todavía es evidente hoy. Más de 300 millones de Escrituras son distribuidos cada año alrededor del mundo. Un trabajo increíble de traducción permite que se distribuyan más Escrituras en el idioma del corazón de las personas. Los avances en la tecnología han permitido dar grandes pasos en la provisión de la palabra de Dios en formatos digitales, permitiéndole a millones tener acceso a las Escrituras sin los costos tradicionales de impresión y distribución.

Las Biblias específicas garantizan que la Palabra de Dios satisfaga las necesidades del lector, ya sea a través de formatos especializados dirigidos a los niños, las Biblias en Braille para las personas con discapacidades visuales, o las Escrituras para los nuevos lectores.

A lo largo de las décadas, este esfuerzo combinado de Sociedades Bíblicas ha distribuido Escrituras en numerosos formatos en innumerables comunidades en todo el mundo, llevando con ella bendición, transformación y esperanza.

 

 

 

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